Docente sin puente

Los medios de comunicación publicaron hace dos días que millones de españoles se lanzaban a disfrutar del primer puente del año. Yo no soy uno de ellos. Hoy he trabajado, por extraño que parezca viniendo por parte de un docente. A veces, la leyenda de no trabajar nunca nos persigue como una lapa, y no siempre es cierto que disfrutemos de todos los puentes posibles.

Este pequeño desbarajuste debo agradecérselo a la Junta de Castilla y León, que en su pequeño desbarajuste habitual, falló en prever como sería el calendario de fiestas nacional. Dado que nos regimos por el famoso calendario escolar, que tanto hace sufrir a los padres de este país, en su versión autonómica, gracias a la descentralización de la educación, nos hemos visto abocados a que el día de ayer fuese festivo y el de hoy lectivo.

¿Cómo pudo ocurrir esto? La razón estriba en que el calendario escolar se confecciona obviamente en mayo y el laboral en otoño, con lo que el evidente desfase entre ambos provoca siempre algún desajuste. Ahora bien, no pido que trabaje un Nostradamus para la Junta, pero era de cajón de pino que este era un puente previsible, visto el calendario del 2009.

Creo que una de dos: o ponen una persona más inteligente a confeccionar el calendario escolar (la de Madrid lo parece), o bien, nos permiten a los diferentes centros una pequeña libertad para jugar con las fechas de inicio y fin de curso, para permitirnos adaptarnos mejor a las necesidades tanto de padres como de los alumnos, atendiendo principalmente a las variaciones de las festividades locales.

Aunque supongo que lo antedicho caerá en saco roto, "dado que en el fondo soy un docente que como siempre se está quejando de que tiene pocas vacaciones. ¡Qué cosas digo!"