jueves, 26 de marzo de 2009

Secuencias favoritas (4): Con la muerte en los talones

Con esta película en particular me pasa una cosa muy extraña. Cada vez que pienso en ella, me parece recordarla en blanco y negro, no conozco la razón de ello. Supongo que en cierta forma la encuadro dentro de esas grandes películas del maestro Alfred Hitchcock rodadas con esa fotografía. De todas formas, aunque tiene muchas secuencias para el recuerdo, como no podía ser de otra manera, me quedo con la clásica de la avioneta fumigadora, que ha sido homenajeada hasta la saciedad en la historia reciente del cine.

Obviamente podría largar un buen rollo sobre el tema, pero creo que será mejor dejarte el extracto correspondiente a la escena en cuestión de ese maravilloso diálogo entre François Truffaut y Alfred Hitchcock que es "El cine según Hitchcock":

"François Truffaut. Me gustaría que habláramos un poco de las gran escena en la que Cary Grant se encuentra solo en el desierto, que comienza bastante tiempo antes de la llegada del avión. Esta escena muda dura siete minutos, lo que es toda una prueba de destreza. La del concierto en el "Albert Hall", en "El hombre que sabía demasiado" (1956), dura diez minutos pero está sostenida por la cantata y por la espera de un acontecimiento que conocemos por anticipado. Creo que la vieja tradición en este tipo de guión hubiera consistido en recurrir al montaje acelerado, presentar una sucesión de planos cada vez más cortos, mientras que en este caso su duración no varía.

Alfred Hitchcock. Sí, pues en este caso no se trata de manipular el tiempo, sino el espacio. La duración de los planos está destinada a señalar las distancias que debe recorrer Cary Grant para cubrirse y, sobre todo, para demostrar que no puede hacerlo. Una escena de este género no puede ser totalmente subjetiva, pues todo transcurriría demasiado deprisa. Es necesario presentar la llegada del avión -incluso antes de que Cary Grant lo vea- porque si el plano es demasiado rápido, el avión no permanece el tiempo suficiente en el cuadro y el espectador no es consciente de lo que ocurre.

Lo mismo ocurre en "Los pájaros" (1963) cuando Tippi Hedren va a ser atacada y picada en la frente por una gaviota en la canoa, el trayecto de la gaviota sería tan rápido que se podría pensar que se trata sólo de un trozo de papel que ha ido a chocar contra su rostro. Si la escena es subjetiva, mostramos a la chica en la barca, luego enseñamos lo que mira, por ejemplo, el embarcadero, y súbitamente, algo le golpea en la cabeza: es demasiado rápido. Por tanto, el único medio es romper la regla del punto de vista; hay que abandonar el punto de vista subjetivo para adoptar el punto de vista objetivo; es decir, presentar a la gaviota antes de que ataque a la muchacha, para que el público sea consciente de lo que pasa.

En cuanto al avión de "Con la muerte en los talones" (1959) está basado en el mismo principio, había que preparar al público sobre la amenaza antes de cada picado del avión."

Después de esta brillante introducción, te dejo la secuencia completa en versión original (y, ¡cómo no!, en ese color que nunca recuerdo):



En fin, otra secuencia para el recuerdo. Por cierto, ya que se habla de esa otra grandiosa película que es "Los pájaros" (1963), "sólo espero que se arrepientan por adelantado, tanto Naomi Watts como Martin Campbell, por perpetrar ese remake-despropósito que piensan estrenar el 3 de Julio".

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