Una de las cosas que más me gustan de ciertas películas es que son capaces de trasladarnos a ciertos espacios y momentos de la historia que nos resultan inalcanzables por nacimiento o por desconocimiento. Uno de ellos es la Viena de posguerra (me refiero a la de la Segunda Guerra Mundial). Una ciudad que en la actualidad puede ser visitada para contemplar todo su esplendor pero que ha perdido ese extraño encanto que transmite "El tercer hombre" (1949) de Carol Reed.
El tercer hombre (1949)
Título original: The Third Man
Director: Carol Reed
Guión: Graham Greene (basándose en su propia novela del mismo título)
Música: Anton Karas
Fotografía: Robert Krasker
Reparto: Joseph Cotten, Alida Valli, Trevor Howard, Orson Welles, Bernard Lee
Sinopsis: Viena, 1947. El norteamericano Holly Martins, un escritor de novelas policíacas, llega a la capital austriaca cuando la ciudad está dividida en cuatro zonas ocupadas por los aliados de la Segunda Guerra Mundial. Holly llega reclamado por un amigo de la infancia, Harry Lime, que le ha prometido trabajo. Pero el mismo día de su llegada coincide con el entierro de Harry, quien ha sido atropellado por un coche. El jefe de la policía militar británica le insinúa que su amigo se había mezclado en la trama del mercado negro.
Nunca se habla del tema, pero muchas veces la industria del cine está dominada por clanes familiares (si mi papá es actor o director, ¿por qué no puedo serlo yo mismo?). El máximo exponente sigue siendo el clan Fonda, donde varias generaciones han marcado indeleblemente la historia del cine. El director que hoy nos ocupa pertenece a uno de estos clanes, el Reed. Sir Carol Reed (1906-1976), hijo ilegítimo de Sir Herbert Beerbohm Tree (famoso actor británico) y May Pinney Reed (a la postre la criada del primero), tuvo la suerte de recibir una educación de calidad en el King's School de Canterbury. Cuando acabó sus estudios empezó a expresar el deseo de convertirse en actor, pero la industria cinematográfica le vedó estar delante de la cámara con lo que sólo que para situarle detrás de ella. Nadie diría que se se convirtió en uno de los directores británicos más importantes de todos los tiempos.
Sus películas más famosas se mueven dentro del género de intriga y policíaco, la razón de que no te suene es que tuvo que competir en su época con un conciudadano que dominó estos géneros y marcó la pauta a seguir en la industria, estoy hablando de Alfred Hitchcock. ¿Cuáles son sus películas más famosas? Por orden cronológico son: "Tren nocturno a Munich" (1940), su primer éxito de taquilla en el Reino Unido; "The True Glory" (1945), un documental que codirigió junto con Garson Kanin y que ganó el Oscar al mejor documental; "Larga es la noche" (1947), un drama sobre el IRA con James Mason como protagonista; "El ídolo caído" (1948), película de intriga que obtuvo dos nominaciones a los Oscar (mejor director y mejor guión) y que fue su primera colaboración junto con Graham Greene; "El tercer hombre" (1949), la película que hoy nos ocupa; "Trapecio" (1956), un drama circense con Burt Lancaster, Tony Curtis y Gina Lollobrigida; "La llave" (1958), un drama romántico ambientado en la Segunda Guerra Mundial y protagonizado por la pareja William Holden - Sophia Loren; "Nuestro hombre en la Habana" (1959), su tercera colaboración con Graham Greene; "El tormento y el éxtasis" (1965), el Miguel Ángel de Charlton Heston y que fue un fracaso de taquilla; y por último, "Oliver!" (1968), un musical sobre Oliver Twist con el que ganó el preciado Oscar a mejor director que se le había negado con la película que hoy comentamos.
"El tercer hombre" (1949) suele ser considerada la mejor película británica de todos los tiempos. La razón de ello es que se junta en la misma la genialidad de uno de sus mejores directores, Carol Reed, con la impresionante presencia de Orson Welles, cuya firma se puede encontrar en multitud de planos durante la película.
Rodada en un impresionante blanco y negro (Oscar a la mejor fotografía), que se debe a Robert Krasker, en localizaciones de Austria para los exteriores y los estudios de London Films para los interiores. Nos cuenta la historia de un escritor norteamericano de libros de bolsillo (en cierta forma es una pequeña autobiografía del propio Graham Greene) que llega a la Viena de posguerra en busca de su mejor amigo y que al llegar encuentra que éste acaba de morir, comenzando una investigación para aclarar su muerte que es torpedeada por parte de todos los estamentos de la ciudad.
Aderezada por la impresionante banda sonora compuesta por Anton Karas e interpretada por su cítara.
Película recargada tanto en diálogo como en acción, juega con el espectador de una forma espectacular durante todo el metraje, teniendo secuencias que son imborrables para cualquier cinéfilo que se precie.
Lo mejor de la película (voy a tener cuidado de no desvelar nada fundamental de la película):
Lo peor:
Una de las mejores secuencias de la película es la de la noria del Prater (no ver si no has visto la película), en la que se escucha al final este famoso fragmento de diálogo:
“En Italia, durante los treinta años de los Borgia, hubo guerra, terror, asesinato y derramamiento de sangre, pero surgió Miguel Angel, Leonardo Da Vinci y el Renacimiento. En cambio, en Suiza reinó el amor fraterno; tuvieron 500 años de democracia y paz. Y eso, ¿qué produjo? El reloj de cuco”
En cuanto a las curiosidades que rodean a éste film:
Como siempre cierro con el trailer original que se pudo ver en las salas británicas:
Aquí lo dejo por hoy. Esta vez creo que me he pasado. Sólo decir que una de las cosas que tengo en mi lista para hacer es "subirme a esa impresionante noria que domina Viena".
Título original: The Third Man
Director: Carol Reed
Guión: Graham Greene (basándose en su propia novela del mismo título)
Música: Anton Karas
Fotografía: Robert Krasker
Reparto: Joseph Cotten, Alida Valli, Trevor Howard, Orson Welles, Bernard Lee
Sinopsis: Viena, 1947. El norteamericano Holly Martins, un escritor de novelas policíacas, llega a la capital austriaca cuando la ciudad está dividida en cuatro zonas ocupadas por los aliados de la Segunda Guerra Mundial. Holly llega reclamado por un amigo de la infancia, Harry Lime, que le ha prometido trabajo. Pero el mismo día de su llegada coincide con el entierro de Harry, quien ha sido atropellado por un coche. El jefe de la policía militar británica le insinúa que su amigo se había mezclado en la trama del mercado negro.
Nunca se habla del tema, pero muchas veces la industria del cine está dominada por clanes familiares (si mi papá es actor o director, ¿por qué no puedo serlo yo mismo?). El máximo exponente sigue siendo el clan Fonda, donde varias generaciones han marcado indeleblemente la historia del cine. El director que hoy nos ocupa pertenece a uno de estos clanes, el Reed. Sir Carol Reed (1906-1976), hijo ilegítimo de Sir Herbert Beerbohm Tree (famoso actor británico) y May Pinney Reed (a la postre la criada del primero), tuvo la suerte de recibir una educación de calidad en el King's School de Canterbury. Cuando acabó sus estudios empezó a expresar el deseo de convertirse en actor, pero la industria cinematográfica le vedó estar delante de la cámara con lo que sólo que para situarle detrás de ella. Nadie diría que se se convirtió en uno de los directores británicos más importantes de todos los tiempos.
Sus películas más famosas se mueven dentro del género de intriga y policíaco, la razón de que no te suene es que tuvo que competir en su época con un conciudadano que dominó estos géneros y marcó la pauta a seguir en la industria, estoy hablando de Alfred Hitchcock. ¿Cuáles son sus películas más famosas? Por orden cronológico son: "Tren nocturno a Munich" (1940), su primer éxito de taquilla en el Reino Unido; "The True Glory" (1945), un documental que codirigió junto con Garson Kanin y que ganó el Oscar al mejor documental; "Larga es la noche" (1947), un drama sobre el IRA con James Mason como protagonista; "El ídolo caído" (1948), película de intriga que obtuvo dos nominaciones a los Oscar (mejor director y mejor guión) y que fue su primera colaboración junto con Graham Greene; "El tercer hombre" (1949), la película que hoy nos ocupa; "Trapecio" (1956), un drama circense con Burt Lancaster, Tony Curtis y Gina Lollobrigida; "La llave" (1958), un drama romántico ambientado en la Segunda Guerra Mundial y protagonizado por la pareja William Holden - Sophia Loren; "Nuestro hombre en la Habana" (1959), su tercera colaboración con Graham Greene; "El tormento y el éxtasis" (1965), el Miguel Ángel de Charlton Heston y que fue un fracaso de taquilla; y por último, "Oliver!" (1968), un musical sobre Oliver Twist con el que ganó el preciado Oscar a mejor director que se le había negado con la película que hoy comentamos.
"El tercer hombre" (1949) suele ser considerada la mejor película británica de todos los tiempos. La razón de ello es que se junta en la misma la genialidad de uno de sus mejores directores, Carol Reed, con la impresionante presencia de Orson Welles, cuya firma se puede encontrar en multitud de planos durante la película.
Rodada en un impresionante blanco y negro (Oscar a la mejor fotografía), que se debe a Robert Krasker, en localizaciones de Austria para los exteriores y los estudios de London Films para los interiores. Nos cuenta la historia de un escritor norteamericano de libros de bolsillo (en cierta forma es una pequeña autobiografía del propio Graham Greene) que llega a la Viena de posguerra en busca de su mejor amigo y que al llegar encuentra que éste acaba de morir, comenzando una investigación para aclarar su muerte que es torpedeada por parte de todos los estamentos de la ciudad.
Aderezada por la impresionante banda sonora compuesta por Anton Karas e interpretada por su cítara.
Película recargada tanto en diálogo como en acción, juega con el espectador de una forma espectacular durante todo el metraje, teniendo secuencias que son imborrables para cualquier cinéfilo que se precie.
Lo mejor de la película (voy a tener cuidado de no desvelar nada fundamental de la película):
- La secuencia de la noria del Prater de Viena, con uno de los diálogos más conseguidos de la historia del cine, no tanto por lo que se dice, como por lo que se deja entrever del movimiento de los personajes en un lugar tan cerrado.
- La genial presentación del personaje de Orson Welles, una de las mejores de la historia del cine, haciendo uso, como no podía ser de otra manera, de un gato (¡Hum! Es curioso, ahora que lo pienso. ¿No estaría pensando Marlon Brando en esta escena cuando cogió el gato para la secuencia de apertura de "El Padrino" (1972)? (Ver "Secuencias favoritas (3): El Padrino")).
- La secuencia de la persecución en las alcantarillas de Viena.
- La escena del sumidero, que se supone que es una aportación personal del propio Welles.
- Lo guapa que está Alida Valli y el papel que borda Trevor Howard.
- Los diálogos recargados que escribió el propio Graham Greene, siempre cargados de dobles sentidos.
- Los planos de la película, donde se nota claramente la mano de Orson Welles.
- El juego con el desconocimiento del alemán por parte de nuestro protagonista, que ocasiones situaciones surrealistas, como por ejemplo la del niño.
- La excelente banda sonora de Anton Karas, con esos créditos del principio con un plano fijo sobre las cuerdas de una cítara.
Lo peor:
- El narrador del principio de la película (¡Cómo los odio! Éste en particular no pega absolutamente nada con el resto del film).
- La última escena de la película, que es muy larga y pesada.
Una de las mejores secuencias de la película es la de la noria del Prater (no ver si no has visto la película), en la que se escucha al final este famoso fragmento de diálogo:
“En Italia, durante los treinta años de los Borgia, hubo guerra, terror, asesinato y derramamiento de sangre, pero surgió Miguel Angel, Leonardo Da Vinci y el Renacimiento. En cambio, en Suiza reinó el amor fraterno; tuvieron 500 años de democracia y paz. Y eso, ¿qué produjo? El reloj de cuco”
En cuanto a las curiosidades que rodean a éste film:
- Cuando Holly Martins habla con el vecino del señor Lime, este le dice: "Ahora estará en el infierno, o quien sabe, quizá en el cielo" Cuando dice "infierno" mueve la mano hacia arriba, señalando al cielo. En cambio, cuando dice "cielo", mueve la mano hacia abajo, hacia el infierno. Esto no es sino un error de doblaje.
- La novela del propio Graham Greene tiene un final diferente (merece la pena leerla, tiene un ritmo más pausado que el film).
- El productor Peter Korda y Carol Reed se encontraron por casualidad a Anton Karas en un club nocturno de Viena. Después de escucharle decidieron utilizar su música como banda sonora de la película.
- El éxito de la película fue tal que dos años después de su estreno Orson Welles comenzó a actuar en la radio inglesa con la nueva serie "The Adventures of Harry Lime". Se transmitieron 39 episodios de media hora.
- En 1959 la BBC comenzó a emitir la serie de televisión "El tercer hombre", con Michael Rennie como Harry Lime, que estuvo al aire hasta 1965. Fueron 77 capítulos, todos -al igual que la película- escritos por Graham Greene. La música, otra vez, estuvo a cargo de Karas y su cítara.
Como siempre cierro con el trailer original que se pudo ver en las salas británicas:
Aquí lo dejo por hoy. Esta vez creo que me he pasado. Sólo decir que una de las cosas que tengo en mi lista para hacer es "subirme a esa impresionante noria que domina Viena".
Me parece increible que se cite como lo peor la última escena de la película que a mi jucio, y al de otros muchos , es una maravilla emocionante, triste y acorde con el espíritu de la película .Fue motivo de controversia entre Carol Reed y Graham Greene aunque éste último al final admitió que la elección fue la mejor.
ResponderEliminarPersonalmente es una de mis películas favoritas.
Es una opinión personal.
ResponderEliminarConceptualmente la escena no me desagrada, es un final factible, sino su duración, que a mi parecer rompe con el ritmo de la película.
Lo bonito de la crítica cinematográfica es que existen tantas opiniones como árboles hay en el bosque.