¿El puerto definitivo?

Desde hace un día la Red más tecnológica arde en un debate bastante estúpido. El tema que causa furor es el nuevo puerto híbrido USB-C/Thunderbolt 3 que llevan los nuevos portátiles XPS de Dell, que fue propuesto por Intel en el lejano junio pero pasó desapercibido para la mayoría. Y es que la cuestión de siempre surge a la mínima que se agite el avispero, compatibilidad a bajo precio versus velocidad a alto precio. El puerto en cuestión fusiona el nuevo y flamante puerto USB-C reversible con la tecnología más rápida del momento, Thunderbolt 3, que promete velocidades de hasta 40 Gbps (4 veces superiores a USB 3.1).

Pero ahí no queda la cosa, este puerto híbrido hereda todas las características del USB-C, soportando por tanto protocolos tales como: HDMI, DisplayPort, VGA, PCIe, Ethernet, etc; y carga de 100 W. Vamos, que al fin tenemos un puerto universal y el problema pasa a ser comprar el cable que corresponda a nuestra necesidad. De entrada sería el primero que soportaría pantallas 5K a 60 Hz (el  HDMI 2.0, ese que nadie ha visto aún, no llega, se queda a 4K a 50/60 Hz). Vamos, un ganador seguro, si tenemos en cuenta el empeño de Apple, Intel y Google en imponerlo. Entonces te estarás preguntando porque la gente está quejándose al respecto. Lo primero es que la retrocompatibilidad del USB se rompe al fin, y en el caso de que sea el híbrido que hoy te estoy comentando lleva un sobreprecio que una de dos: o hará que disminuya el número de puertos en los nuevos equipos (lo que ha hecho Apple con su MacBook Air, uno y no más Santo Tomás, y no es este híbrido) o que se presenten situaciones extrañas como pasaba con los equipos viejos donde en la parte frontal teníamos puertos USB 1.1 y en la trasera USB 2.0.

En fin, el debate está abierto, aunque yo no voy a entrar, ya que teniendo un dispositivo Thunderbolt 2 conectado a mi ordenador al que consigo transferir ficheros de un 1GB en menos de 3 segundos, para mi no existe. "Basta con la cara de desesperación que pongo cuando tengo que hacer una transferencia de datos en el instituto a lo que deseen los puertos USB 2.0 presentes, si hay suerte, ya que todavía tengo en mi aula algún equipo funcional con USB 1.1 y cuando introduzco el pendrive en uno de ellos simplemente vuelvo a ser católico para implorar que acabe antes de que toque el timbre de la siguiente clase".