En los últimos días entre tanto Windows 10 y demás parafernalia informática un par de noticias tecnológicas han pasado desapercibidas para la mayoría de la gente, aunque su importancia es mayor en cuenta constituyen otro ladrillo en lo que está por venir.
La primera es la última iteración robótica japonesa, que como no podría ser de otra manera se asemeja a una joven nipona de 23 años (lo de hacerla de 16 años probablemente era políticamente incorrecto, por mucho que les hubiese gustado a sus creadores ir a la moda imperante en Japón) y 1,66 cm de altura, cuya virtud principal es la conversación natural (o antinatural, depende de tu predisposición a los sumisos bustos parlantes) y que responde al nombre de Erica:
Sí, yo también me he fijado en las diapositivas de la presentación, pero el CERN abrió la caja de Pandora con su uso indiscriminado de la Comic Sans.
Bueno, la segunda, puede resultar acaso más inquietante en cuanto, aún siendo digital, se encuentra mucho más cerca de lo que define a los seres humanos. En una colaboración entre la Universidad del Sur de California y la Escuela Imperial de Londres han conseguido emular la piel humana de forma casi realista, de entrada lo que falta es ese pequeño elemento intangible que nos hace distinguir a un ser humano de una representación digital de éste:
En fin, "espero haber alimentado tus próximas pesadillas".
Pues la robota esa con todo tiene más expresividad que Alicia Sánchez Camacho. El botox nos ha igualado a los androides.
ResponderEliminarVivimos en la otra orilla alucinante. Una anotación, estoy hasta las pelotas de que android te robe el higado, y el revuelo de privacidad de windows 10... pero hasta las pelotas.
ResponderEliminarNo pueden vivir sin mis datos, pero si lo hace ms es el diablo (que conste que los dos lo son), mientras seguid seguid dando datos a alphabet
Impagables los planos enfocándose en las piernas de la robot...
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