La última encuesta de la Universidad de Salamanca (a menudas chorradas se dedican ahora) dice que el 39,9% de los portugueses quieren unirse a España. Sí, a esa España de los sastres que no cobran, los espías sin patrón y un rey en la Zarzuela.
Puedo entender que el desespero ante la crisis económica (mucho más fuerte en una economía de menor escala como es la portuguesa) y la fantasiosa España que se puede ver en la televisión de nuestro país (recordemos que sus canales están obligados a emitir todas la series y películas americanas en inglés), puede hacer caer a más de un luso en la ilusión de formar parte del país del Real Madrid y el Barcelona.
Ellos no saben nada de las luchas territoriales intestinas tanto por el dinero como por el agua, fomentadas por un sistema cuasifederal ineficiente (el sistema de las autonomías). Tampoco saben de las viejas rencillas regionales que se remontan a casi tiempos de los romanos y que están a diario en boca de nuestros ciudadanos.
Pero lo peor de todo es que mientras ellos miran con anhelo hacia el este, nosotros lo hacemos hacemos hacia el oeste con el mayor de los desprecios (salvo algunas honrosas excepciones como la que incluye al que suscribe este artículo). A nadie le importa Portugal salvo por sus toallas y sus fados.
Señores portugueses, quédense en su bonita república junto al mar y olvídense de entrar a formar parte de este cachondeo que es España, donde se pierde más tiempo discutiendo la razón de algo que haciéndolo. Por cierto, que no piensen que entrarían a formar parte de una federación en igualdad de condiciones, simplemente les correspondería un bonito estatus de comunidad autónoma histórica, donde todo vale y nada funciona.
Y, por cierto, por si nadie se lo había dicho en tan frívola encuesta: "España sigue siendo un reino, democrático pero con rey, reina, príncipe y princesas (aunque las llamamos infantas)".
Ellos no saben nada de las luchas territoriales intestinas tanto por el dinero como por el agua, fomentadas por un sistema cuasifederal ineficiente (el sistema de las autonomías). Tampoco saben de las viejas rencillas regionales que se remontan a casi tiempos de los romanos y que están a diario en boca de nuestros ciudadanos.
Pero lo peor de todo es que mientras ellos miran con anhelo hacia el este, nosotros lo hacemos hacemos hacia el oeste con el mayor de los desprecios (salvo algunas honrosas excepciones como la que incluye al que suscribe este artículo). A nadie le importa Portugal salvo por sus toallas y sus fados.
Señores portugueses, quédense en su bonita república junto al mar y olvídense de entrar a formar parte de este cachondeo que es España, donde se pierde más tiempo discutiendo la razón de algo que haciéndolo. Por cierto, que no piensen que entrarían a formar parte de una federación en igualdad de condiciones, simplemente les correspondería un bonito estatus de comunidad autónoma histórica, donde todo vale y nada funciona.
Y, por cierto, por si nadie se lo había dicho en tan frívola encuesta: "España sigue siendo un reino, democrático pero con rey, reina, príncipe y princesas (aunque las llamamos infantas)".
Yo cuando entro en tu blog tambien me confundo
ResponderEliminary lo peor es que en españa los escandalos de corrupcion aumentan la intencion de voto del partido corrupto
ResponderEliminarcientificos de todo el mundo estan elaborando un teorema para explicarlo, al que llamaran "la teoria de la pandereta de Ockam"
Infantas cincuentonas...
ResponderEliminarMe estaba acordando del estado Tierra de Futurama y de la DOOP.
Eso y ZETAparo presidente de la Gran Iberia. Ya le votan nada menos que 10 millones de españoles (i)lusos.
ResponderEliminarOpa yo voy con Portugá
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