A veces ocurre que un director o guionista decide romper con la estructura narrativa normal de una película. Habitualmente esto conlleva un gran riesgo, ya que el film resultante sólo se puede calificar de dos formas: obra maestra o ridículo total. Pero cuando estamos tratando con el maestro Kubrick, poco hay que reprocharle si decide romper su película en dos partes bien diferenciadas, y convertir el final de la primera en el mejor anticlímax de la historia del cine. Me estoy refiriendo a la famosa secuencia del baño en "La chaqueta metálica" (1987).
En ella vemos a un enloquecido recluta Pyle (un sobredimensionado Vincent D'Onofrio, que engordó 26 kilogramos para interpretar a este personaje) limpiando su M-16 en el baño durante la ronda del recluta Joker (Matthew Modine, a la postre el protagonista y narrador de la historia). El ruido que está provocando esta limpieza despierta al despiadado sargento Hartman, que la vuelve a emprender de nuevo con el recluta Pyle hasta que Joker le informa de que el arma está cargada. Lo que sigue es simplemente inenarrable, simplemente ve esta genial secuencia, cine en estado puro:
Por cierto, es curioso, "pero siempre que va a haber sangre en una escena de baños, estos suelen ser blancos y además se encuentran limpios como una patena".
Por cierto, es curioso, "pero siempre que va a haber sangre en una escena de baños, estos suelen ser blancos y además se encuentran limpios como una patena".
Pues a mí me gusta más la última escena de la peli...
ResponderEliminar¿Por cierto, por qué usas secuencia y no escena? Es mucho más incorrecto (aunque aceptado).
que bien!
ResponderEliminarme has hecho caso y has puesto esta peli, aunque yo me referia a otra escena, pero la verdad es que esta es casi mejor que la que propuse.
saludos desde saturno
Una de las mejores escenas del cine, a mí al verlo en la película por primera vez y en versión original me puso los pelos de punta... ¿pero no te parece destripar un poco la peli? xDD.
ResponderEliminar¡Un saludo chuchi! =D