Aburrido de las huelgas de transporte

Últimamente me resulta más complicado realizar un enlace viable para ir a Benavente. Si ya era problemática la huelga de AutoRes que me obligaba a abreviar mis visitas a mi ciudad natal, ahora se suma la rocambolesca huelga de Renfe para complicar más la cosas.

Parece que la abortada huelga de los funcionarios no ha achantado a los sindicatos de transporte, que nos prometen un verano calentito. Para que luego digan que nosotros somos unos quejicas. Pero claro, ¿a quién le importa este desaguisado? Pues a los cuatro gatos que no poseemos vehículo propio. Luego se preguntan porque es imposible cumplir el protocolo de Kioto en este país.

Por cierto, hoy estreno el nuevo modelo de tren, que se parece mucho más a un Talgo (esos cuyos billetes son carísimos) que a las viejas carracas del servicio Regional. Lo que más gracia me ha hecho ha sido lo de la toma de 220 Voltios en el reposabrazos.

En fin, "como siempre, falta citar la gracia de Linecar para completar la queja, hoy nos tocó todo un clásico, disfrutar a todo volumen de la Cadena Dial".