Bueno, después de recoger en esta sección a los nominados a los Oscars de este año, creo que ha llegado el momento de recoger algunos de los cortometrajes de animación más impactantes que he visto. Hoy toca el turno a un gran clásico, el "Balance" (1989) de Christoph Lauenstein y Wolfgang Lauenstein.
Se trata de un cortometraje de unos siete minutos y medio de duración que ganó el Oscar al mejor cortometraje de animación en el año 1990. Rodado con la vieja técnica del stop-motion y una estética inolvidable, nos muestra como se puede romper el balance (elemento que da título al cortometraje) de una sociedad igualitaria por la simple avaricia, el deseo de poseer algo por encima de los demás.
Obviamente cualquiera es libre de interpretarlo como quiera, pero el sesgo de este cortometraje de origen alemán me parece claro, es algo así como el resumen del capitalismo con el cual se quiere infundir nuestra sociedad.
Te dejo con esta pequeña maravilla:
Por cierto, no tengo la menor idea de que significan los números a la espalda de los protagonistas. Aunque se me ocurre pensar que son presos que se encuentran dentro de una fantástica celda en la cual su supervivencia depende de su colaboración mutua. Con lo cual el castigo que reciben por sus crímenes es autoinfligido, liberando de su trabajo al juez que les colocó allí.
En fin, ya sabes, retomando la moraleja del final del cortometraje, "la avaricia (el motor de nuestra sociedad) lleva a la soledad en compañía de objetos, pero sólo eso, objetos".
Obviamente cualquiera es libre de interpretarlo como quiera, pero el sesgo de este cortometraje de origen alemán me parece claro, es algo así como el resumen del capitalismo con el cual se quiere infundir nuestra sociedad.
Te dejo con esta pequeña maravilla:
Por cierto, no tengo la menor idea de que significan los números a la espalda de los protagonistas. Aunque se me ocurre pensar que son presos que se encuentran dentro de una fantástica celda en la cual su supervivencia depende de su colaboración mutua. Con lo cual el castigo que reciben por sus crímenes es autoinfligido, liberando de su trabajo al juez que les colocó allí.
En fin, ya sabes, retomando la moraleja del final del cortometraje, "la avaricia (el motor de nuestra sociedad) lleva a la soledad en compañía de objetos, pero sólo eso, objetos".
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