El que avisa no es traidor

A veces me siento como si estuviese pontificando en el desierto. Ya sé que no todas mis predicciones se cumplen a rajatabla, pero algunas de ellas demuestran que tengo algo de tino en lo que predigo en relación con la tecnología al menos (aún tengo que afinar el oráculo cinematográfico). Entre mis predicciones más criticadas de hace un lustro se encontraban el advenimiento de los lectores de tinta electrónica, las tabletas o los robots como sustitutos de los quehaceres domésticos. Últimamente ando rumiando en todas partes que la informatización, las comunicaciones inalámbricas y los robots se llevarán en la próxima década por delante la mayoría de trabajos de baja o media cualificación, lo que provocará que exista un paro estructural que no será capaz de digerir la economía de mercado en la que estamos inmersos. El incremento de productividad será brutal. Todos mis alumnos reciben la misma respuesta cuando me preguntan que les deparará el futuro: "No competiréis entre vosotros por el trabajo sino contra los robots".

Pues The Economist, ese periódico que para nada se puede tachar de fantasioso, se despachó el sábado pasado con un artículo que defiende mis mismas tesis. Puedes comprobarlo pulsando aquí. Entre todo el material que facilita para apoyarlas, hay una tabla que explicita cuales son las probabilidades de que un robot o un ordenador se haga con tu puesto de trabajo en las próximas dos décadas. Voy a tomarme la libertad de traducirla y poner las proyecciones en porcentaje (es mucho más impactante):

Terapeutas recreacionales: 0,3%
Dentistas: 0,4%
Entrenadores deportivos: 0,7%
Clero: 0,8%
Ingenieros químicos: 2%
Editores: 6%
Bomberos: 17%
Actores: 37%
Tecnólogos de la salud: 40%
Economistas: 43%
Pilotos comerciales: 55%
Maquinistas: 65%
Procesadores de texto y mecanógrafos: 81%
Agentes de ventas de bienes raíces: 86%
Escritores técnicos: 89%
Vendedores al por menor: 92%
Contables y auditores: 94%
Teleoperadores: 99%

El cambio será silencioso, como está ocurriendo en esta crisis, casi sin que nos demos cuenta, mediante prejubilaciones, pequeños negocios que cierran y que nunca volverán a abrir o contratos no renovados, todo ello aderezado con fastuosas presentaciones del nuevo hito tecnológico que viene a masacrar estos puestos de trabajo. Ahora estamos saliendo de una crisis, o eso dicen, y la siguiente acaecerá a principios de la década siguiente (es lo único seguro, la economía capitalista es cíclica por definición, la causa de la crisis es la único que no se conoce), que es en la cual se explicitará todo lo que estoy diciendo de cara al gran público.

En fin, "el que avisa no es traidor".