Antes de entrar en materia, lo primero que tengo que decir es que aunque parezca que últimamente me he convertido en un especie de macquero militante (algunos hasta dicen que me he pasado a una especie de secta), lo único que han guiado mis dos últimas compras, un iMac de 27" y un iPad, han sido la usabilidad (palabra no aceptada por el diccionario de nuestra queridísima Academia, por lo que me toca ponerla en cursiva) y el flujo de trabajo. Mi anterior compra fue un Acer Travelmate, siguiendo los mismos criterios (con un gran sobrecoste añadido sobre la línea barata denominada Aspire, de la que es mejor no hablar, pero con el tiempo ha demostrado haber sido también una buena compra).
El problema de la mayoría de la gente a la hora de comprar un equipo es que nunca se hacen la pregunta de para que lo necesitan. Compran algo genérico y barato (o caro, siempre hay gente muy confundida) que esperan les solucione la vida por completo. Yo lo enfoco como cualquier proyecto de tecnología, primero detecto mis necesidades y luego busco un producto que las cubra.
El Acer Travelmate era en su época un portátil de gran desempeño que cubría cinco necesidades fundamentales para mí en ese momento:
- Fácil transporte para mis idas y venidas a Benavente.
- Robustez del hardware y sus componentes (la batería después de seis años sigue aguantando unas inestimables 2 horas y media, sólo murió el disco duro después de cuatro a todo trapo y algunos amigos saben a que me refiero).
- Buen desempeño gráfico.
- Conectividad con el televisor.
- Una pantalla grande y de formato 16:9.
Como ha quedado constatado entre mis amigos más cercanos, éste ha desempeñado con sobresaliente estas funciones tan necesarias. Por cierto, tardé 2 largos meses, mirando características y probando los equipos que caían en mis manos, en decidirme por él.
El iMac llegó como consecuencia de estas otras necesidades:
- Necesitaba un equipo potente para editar vídeo en alta definición.
- Una pantalla grande, muy grande, como consecuencia de la anterior y de lo aburrido que es hacer tutoriales minimizando una y otra vez las ventanas.
- Tener cabida en el mismo equipo todos los sistemas operativos sin tener que andar reiniciando (Parallels es simplemente maravilloso en este desempeño).
- Acabar con el aburrimiento de las limpiezas de virus (no puedes imaginarte como llega un pendrive del instituto cada día).
- Que ocupase poco espacio.
Bueno, para decidirme a comprarlo no pasaron meses sino años viendo a amigos como David Ferrer y Juan Raigada utilizándolos. De entrada fue una mañana con Parallels la que me convenció de su compra y la presentación del iMac de 27" la que cubrió la necesidad de la pantalla. Editar vídeo o hacer tutoriales es una gran gozada con este equipo. Aún me asombro de su rapidez después de un año.
Pero esta compra me aportó algunas cosas que no esperaba, "Snow Leopard" y los programas anejos, es sobre todo usabilidad y flujo trabajo. Cualquier tarea, desde crear un simple documento de texto con Pages a trabajar con un programa potente es cosa de niños, arrastrar y soltar. Los acabados son siempre perfectos y los atajos intuitivos (algunos demasiado, he tenido mis problemillas como cualquier switcher que se precie con cosas que me parecían demasiado sencillas para hacerse así, como por ejemplo lo de arrastrar un fotografía directamente del navegador al procesador de textos sin mediar otra acción). He ganado mucho tiempo en este último año trabajando con este equipo y además me manejo con muy pocos programas que cubren todas mis necesidades (de entrada en los dos últimos meses sólo he instalado Calibre y por las razones que luego comentaré).
¿Y el iPad? La verdad es que en principio no me causó una buena impresión (véase: "
2 minutos con el iPad"), dudaba de que cumpliese los requisitos que buscaba en un dispositivo de estas características. De entrada estaba enamorado del nonato
QUE de
Plastic Logic.
¿Cuáles eran mis necesidades? Pues la siguientes:
- Un lector Wi-Fi de feeds. Se hacía cada vez más pesado leer decenas de artículos en el ordenador. Un ordenador no esta hecho para leer.
- Algo que me permitiese llevar con soltura una hoja de cálculo con las notas de los alumnos y llevar los PDF's que utilizo en la asignatura de Informática (la PDA que he usado durante el curso pasado se me quedaba muy pequeña para ambos cometidos).
- Un e-book que cargase la colección de libros descatalogados de ciencia ficción que tenía bajada de Internet y a ser posible permitiese la lectura de cómics.
- Una agenda rápida para apuntar esas cosas que casi siempre se me olvidan (los que me conocen saben de lo que hablo).
- Un dispositivo que tuviese juegos ocasionales, tipo Tetris, que son los únicos que me gustan y para los cuales estoy capacitado para jugar con soltura (mi sentido de la descoordinación es ya mítico).
Como no podría ser de otra manera, pasaron unos cuantos meses hasta que me decidí y la razón de ello fue un comentario de David Ferrer sobre que llevaba dos libros leídos utilizando el aparato en cuestión (sí, un poeta y lector compulsivo, por muy mac-militante que sea, lo considera útil para tal menester, no había razón alguna para no comprarlo).
Y la verdad es que ha cubierto mis expectativas con creces, con muy pocos programas (la mayoría de ellos gratuitos), convirtiéndose en una herramienta imprescindible tanto en el trabajo como en casa.
Entre los programas que utilizo a diario se encuentran:
- Numbers. Con el tengo centralizadas las hojas de cálculo que utilizo para poner las notas de mis alumnos. Los programas clásicos en pantallas multitáctiles no suelen tener mucha aplicación práctica, pero para mi ha sido impactante lo que significa para las arcaicas hojas de cálculo. Al pulsar sobre una celda cualquiera te abre un teclado dedicado al formato que posea, mover columnas es tan simple como arrastrarlas con el dedo y soporta todas las funciones clásicas del Excel. Poner un positivo o negativo se ha convertido en un proceso de una simple pulsación en pantalla. Algo verdaderamente increíble.
- FeeddlerRSS. Un simple lector de feeds cuya mayor virtud en la velocidad en sincronizar con mi cuenta de Google Reader. Leer blogs se ha convertido en algo agradable.
- Stanza. Un maravilloso y veloz lector de e-books. Se traga todo lo que le echen y sus menús están totalmente ocultos durante la lectura. Unido a Calibre, un increíble conversor de formatos, hace que ningún libro se me resista.
- CloudReaders. Lector de PDF's y los formatos de cómics más usuales.
- UYH. Programa que permite tomar velozmente notas manuscritas y gestionarlas.
- IMDb. La base de datos de cine por excelencia. La aplicación para el iPad hace palidecer la propia página web. Es un simple gozada navegar de enlace en enlace por ella.
- VLC. Todos mis divx y xvid los puedo ver en iPad sin problemas.
- Calendario. Para mi es la agenda perfecta. Sencillo hasta la extenuación, me permite no olvidar las cosas importantes.
- Flipboard. Hasta su llegada odiaba Facebook. Ahora puedo verlo como si de una revista del corazón se tratase, en un par de minutos me entero de todo lo que se le ha ocurrido a mis amigos. Además también estoy subscrito a varios servicios que me permiten seguir la actualidad tecnológica, televisiva y cinematográfica norteamericana en unos pocos minutos.
- Zumocast. El más alucinante de todos. Se conecta en cualquier parte del mundo a mi iMac (que está encendido todo el día, por razones que ahora no vienen a colación) y me permite ver cualquier tipo de vídeo, esté en el formato que esté, oír mi música y descargarme los documentos que me haya olvidado en casa. ¿Quién quiere más?
En definitiva, que se trata de un cuaderno digital donde todo lo apunto y que además me permite realizar con soltura mi trabajo. Me ahorra tiempo y aumenta mi productividad, además de entretenerme en los tiempos muertos.
Qué no sirve para leer en la playa, hay que ser muy estúpido para llevar un aparato así. Qué no tiene puerto USB, en un mundo lleno de redes inalámbricas qué falta hace.
Y muchos dirán: es muy caro. Y mi respuesta: es un aparato que me ayuda en mi trabajo, me deja leer libros descatalogados y las docenas de blogs que sigo sentado en el sillón, me permite ver una película o hacer un sudoku mientras viajo en el tren, y cuesta mucho menos que una motocicleta, un televisor Full HD o un gato de pedigrí. Además de ser el único que está en venta en la actualidad con todas esas funciones.
Seamos un poco serios, lo que a una persona le resulta un cacharro inútil para trabajar o disfrutar en sus hobbies, para otro puede ser la leche. "Lo importante es comprar lo que necesites, lo que cubra tus necesidades, lo que te puedas permitir y no andar esperando eternamente a que llegue la decimoctava revisión para que tenga todas las conexiones y características inimaginables (yo de entrada sé que aún no le he exprimido ni el 30% de lo que le sacaré en el futuro). Así nunca te comprarás algo".
Postdata.- El famoso Galaxy Tab, 750 euros libre en Alemania, con sus gigantescas 7" y el famoso puerto USB. Lo de utilizar Froyo como sistema operativo, mejor no hablar.