Ayer en una charla con alguno de mis alumnos, estos me dijeron que no les gustaban ni las películas en blanco y negro (una batalla ya perdida hace tiempo), ni tampoco los musicales. Una obvia contradicción dado que se han criado viendo películas de la factoría Disney. Pero parece que para ellos es más realista que un perro se pase hora y media cantando a que lo haga una persona de carne y hueso (bueno, en realidad hicieron un excepción con la siempre impresionante "Mary Poppins" (1964), que sigue funcionando 49 años después de su estreno).
Como cabía esperar de un cinéfago, no estoy de acuerdo para nada con su limitada visión del cine. Me encanta el musical y es una pena que haya casi desaparecido en este siglo, sólo al alcance de algunos atrevidos directores. En esta ocasión me voy a quedar con "La leyenda de la ciudad sin nombre" (1969) de Joshua Logan (a la postre su última película y tal vez la mejor), mítica donde las haya, ya que en ella compartían a una preciosa Jean Seberg dos de los actores más duros de la época, Lee Marvin y Clint Eastwood.
Casi al final de la película se puede escuchar esta impresionante "Wand'rin star" interpretado por el propio Lee Marvin:
En fin, "otro apunte inolvidable de cuando el cine era cine".
Venga, pá que cuelges esto en una entrada:
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Ya hice un entrada al respecto hace 4 años:
Eliminarhttp://ucronialatente.blogspot.com.es/2009/02/el-tamano-no-importa.html
Ésta es una simple actualización del mismo gráfico, así que paso a actualizar la entrada anterior (no me gusta repetirme).