miércoles, 8 de octubre de 2008

Materia celeste

Haciendo honor al nombre de este blog prosigo realizando críticas de novelas de ciencia ficción cuyo eje fundamental sea una ucronía. Hoy le toca el turno a "Materia celeste" de Richard Garfinkle. Por cierto, a los que os consideráis miopes, podéis leer este artículo con los colores invertidos, pulsando sobre "comentarios" y dentro de esta sección sobre "Mostrar entrada original".

Richard Garfinkle es un joven autor norteamericano de ciencia ficción que tiene en su haber dos novelas y un par de relatos cortos. La primera novela, que es la que hoy nos ocupa, "Materia celeste" (1996) sorprendió agradablemente a los aficionados al subgénero de las ucronías al plantear no sólo un punto de digresión en la historia sino también un mundo físico alternativo. La segunda, "All of an Instant" (1999), plantea un enfrentamiento entre diversas facciones a lo largo del flujo temporal, modificando sin misericordia la historia (esto me suena mucho a la guerra temporal que pudimos disfrutar los aficionados a Star Trek en la serie "Enterprise"). En cuanto a los relatos, uno es la base de la novela que voy a analizar y otro se titula: "The Last Invasion of Ireland"; que también es de corte fantástico.

Un detalle curioso, tiene su propia página web: Richard Garfinkle (por cierto, Inzert, hablando de las peores páginas web de la historia esta me gana por muchos enteros. ¡Qué cosas! Y el autor es programador informático); donde me he enterado que es hermano de David Garfinkle, físico especialista en cosmología gravitacional.

Bueno, vamos con el análisis. Supongamos que Alejandro Magno no muere y es capaz de estabilizar el imperio que había forjado en su juventud. Hasta ahora el clásico punto jumbar, pero que pasaría si además todos los conocimientos científicos existentes en esa época fueran ciertos (en este momento oigo crujir tu cabeza pobre lector), es decir que:

  • La astronomía de Ptolomeo es verdad y la Tierra es el centro del Universo. Los planetas y el Sol se encuentran suspendidos encima gracias a unas esferas de cristal irrompible que giran a su alrededor cual mecanismo de relojería. Y el aire se extiende hasta la última esfera, la de las estrellas fijas, donde termina el Universo.
  • La física de Aristóteles es la correcta. El mundo se compone de cuatro elementos fundamentales: tierra, agua, fuego y aire. Estos tienen comportamientos diferentes y pueden transformarse de un tipo a otro. Además supone que el resto del Universo de compone de un quinto elemento (no confundir con Milla Jovovich) llamado éter. Todos estos elementos se mueven según unas leyes específicas simples: hacia arriba el fuego y el aire, hacia abajo la tierra y el agua, y el éter en movimiento circular. Nada que ver con nuestro sistema newtoniano (en este mundo sí es posible la paradoja del coyote y el correcaminos).
  • La biología de Aristóteles es cierta. Por lo tanto los sentidos residen en el corazón y existe la generación espontánea, es decir que de un cuerpo humano muerto por simple corrupción surgen las moscas.
  • Además todas las tecnologías impulsadas por Arquímedes son correctas y pueden utilizarse con éxito en el mundo real.

Pues estas consideraciones son el punto angular de la novela. Ya que si esto es cierto en vida de Alejandro Magno, que pasaría si nos moviésemos mil años en el futuro, que tendríamos una novela de ciencia ficción donde todos los parámetros que nos resultan conocidos son falsos y cualquier cosa que le pase a los personajes es posible, como el argumento.

El protagonista de esta novela, es el científico Ayax, comandante de la nave celeste Lagrima de Chandra, que tiene una misión secreta robar un trozo del Sol, ya que supuestamente está constituido del elemento más puro, el fuego. Este trozo debe ser el arma definitiva para vencer en la guerra que enfrenta a los griegos con el único imperio que Alejandro Magno dejó sin conquistar, el Reino Medio (China para los amigos).

Como siempre, no quiero desvelar el final, por lo tanto vamos con lo mejor y peor de este novela. Lo mejor:

  • Narración en primera persona del comandante Ajax, lo que nos permite seguir con cierta soltura los entresijos de la ciencia vigente en este extraño mundo.
  • La evolución tecnológica es consecuente con las premisas iniciales y todo funciona según las leyes de Aristóteles.
  • Que exista una evolución tecnológica paralela en el Reino Medio siguiendo el paradigma del Tao.
  • Se plantea un conflicto global y la lucha ocurre en todas las fronteras.
  • La existencia de otros proyectos paralelos que se vislumbra en las conversaciones entre los personajes.
  • La búsqueda de lugares comunes en la interpretación de ciencias con bases distintas.
  • La utilización del alfabeto griego para numerar los capítulos.

Lo peor:

  • Falta de ritmo narrativo, achacable a que es su primera novela.
  • Exceso de introspecciones del personaje narrador.
  • Exceso de giros inesperados en la historia y final demasiado rápido. Un defecto común últimamente en la ciencia ficción americana provocado supongo por influencia del cine y la televisión.
  • La diversidad de la tripulación de la nave celeste recuerda demasiado la tripulación de la Enterprise de Star Trek.

De todas formas, obviando los problemas que cito en lo peor, nos encontramos con una novela diferente y que es de fácil lectura. Altamente recomendable para los amantes del subgénero de las ucronías.

Y para terminar este análisis, te cito el primer párrafo de esta novela, que es de lo más sugerente: "Suplico a Apolo de los poetas y a las musas. Les pido que bendigan con sus dones a este pobre científico, para que pueda, en su honor, embellecer el relato que debo contar, y a la vez no decir más que la verdad".

4 comentarios:

  1. La verdad es que la mujer se acojona y si miras la cara del tío se va escojonando todo el video.

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  2. La abuela Lupe trabaja en el ejército con 154 años? Estos viejos de ahora no son como los de antes...

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