Hoy todo el mundo está hablando sobre la nueva Ley de Economía Sostenible y, como no podía ser de otra manera, también ha sido tema de debate en ese pincho que tomamos rápidamente durante el recreo. No quiero hacer un análisis pormenorizado de este documento, para eso ya están los sempiternos tertulianos de la radio y los escritores caídos en desgracia que alimentan las aburridas columnas de los periódicos. Sólo quiero desarrollar un par de conclusiones que he sacado de esta plática matinal.
Esta ley bajo su rimbombante nombre esconde una colección de medidas inconexas que simplemente tratan que parchear los problemas que llevan acuciando el sistema productivo español en los últimos 50 años. Es tan culpable de ello tanto la dictadura pasada como los diferentes gobiernos democráticos posteriores, de ahí que no sirva de nada echar la mirada hacia atrás para encontrar un culpable de la situación actual.
¿En qué se ha basado nuestro sistema productivo durante estos cincuenta años? En un turismo procedente del norte de Europa que veía a España como un destino vacacional barato (lo mismo que hacen los norteamericanos con México), una industria exportadora pesada como podría ser la automovilística o la naval (los astilleros han desaparecido casi completamente), un modelo extensivo de empleo de baja cualificación (PER, construcción, hostelería, etc), un pasivo funcionaral no productivo (18 administraciones distintas, la central mas las autonómicas, para servir a sólo 46 millones de habitantes) y un sobredimensionado poder local (con transferencias que alucinarían a cualquier extranjero, que permiten a los ayuntamientos gestionar presupuestos apabullantes). En fin, el modelo productivo supuestamente ideal durante la época posterior a La Segunda Guerra Mundial (sí, ese que estudiábamos en el instituto en la asignatura de Ciencias Sociales), pero totalmente equivocado e inoperante para navegar por el mundo del siglo XXI.
La crisis actual es el precio que tenemos que pagar por creer que nuestro modelo productivo era el correcto. De nada sirvieron los avisos que llegaron desde Bruselas durante los últimos 20 años, ni los cientos de miles de millones de euros provenientes de los famosos Fondos de Cohesión, ni las recomendaciones del FMI o los estudios de eminentes economistas. La economía española es presa de la creencia generalizada de que todos los problemas los pueden resolver el estado y los sindicatos. Está maniatada por un sistema político que basa sus decisiones en el voto de las elecciones más cercanas, ya que piensa que éste puede ser comprado con facilidad mediante planes que sirvan para parchear los problemas del modelo actual. Ejemplos de esto último son el PER, el Plan E, las transferencias a la comunidades autónomas, los planes de reconversión industrial, el Fondo de la Seguridad Social, etc.
Seamos un poco serios y miremos más lejos de lo que hacen nuestros vecinos cercanos. El futuro no está en inundar las pymes de dinero, fiscalizar la cultura, fomentar el uso de las energías renovables o favorecer la trigésima reconversión de los obreros sin cualificación, como defiende la nueva Ley de Economía Sostenible.
Si queremos pintar algo en el juego de múltiples potencias regionales que se avecina, lo que tenemos que hacer es tomar decisiones desagradables que desmonten completamente nuestro sistema productivo. Es decir, empezar de cero y pasar una década de penurias que nos permita afrontar esta lucha global en condiciones. Algo que debería se factible dado nuestro sistema electoral, que favorece a los dos grandes partidos que se reparten el poder a todos los niveles.
Mi receta, ucrónica en todo caso, sería:
Bueno, estas son algunas de las cosas que se me ocurren en primera instancia y que estoy seguro que disminuirían el presupuesto del estado en un porcentaje de dos dígitos, además de prepararnos para los retos del futuro. Casi todas son desagradables y me imagino que más de un comentarista entrará a degüello con ellas en los próximos minutos.
Por último citar mi medida estrella: "prohibir la propiedad de más de 300 hectáreas no productivas por parte de una persona física. Ésta va por mi querida duquesa, que hay que ser un poco populista".
¿En qué se ha basado nuestro sistema productivo durante estos cincuenta años? En un turismo procedente del norte de Europa que veía a España como un destino vacacional barato (lo mismo que hacen los norteamericanos con México), una industria exportadora pesada como podría ser la automovilística o la naval (los astilleros han desaparecido casi completamente), un modelo extensivo de empleo de baja cualificación (PER, construcción, hostelería, etc), un pasivo funcionaral no productivo (18 administraciones distintas, la central mas las autonómicas, para servir a sólo 46 millones de habitantes) y un sobredimensionado poder local (con transferencias que alucinarían a cualquier extranjero, que permiten a los ayuntamientos gestionar presupuestos apabullantes). En fin, el modelo productivo supuestamente ideal durante la época posterior a La Segunda Guerra Mundial (sí, ese que estudiábamos en el instituto en la asignatura de Ciencias Sociales), pero totalmente equivocado e inoperante para navegar por el mundo del siglo XXI.
La crisis actual es el precio que tenemos que pagar por creer que nuestro modelo productivo era el correcto. De nada sirvieron los avisos que llegaron desde Bruselas durante los últimos 20 años, ni los cientos de miles de millones de euros provenientes de los famosos Fondos de Cohesión, ni las recomendaciones del FMI o los estudios de eminentes economistas. La economía española es presa de la creencia generalizada de que todos los problemas los pueden resolver el estado y los sindicatos. Está maniatada por un sistema político que basa sus decisiones en el voto de las elecciones más cercanas, ya que piensa que éste puede ser comprado con facilidad mediante planes que sirvan para parchear los problemas del modelo actual. Ejemplos de esto último son el PER, el Plan E, las transferencias a la comunidades autónomas, los planes de reconversión industrial, el Fondo de la Seguridad Social, etc.
Seamos un poco serios y miremos más lejos de lo que hacen nuestros vecinos cercanos. El futuro no está en inundar las pymes de dinero, fiscalizar la cultura, fomentar el uso de las energías renovables o favorecer la trigésima reconversión de los obreros sin cualificación, como defiende la nueva Ley de Economía Sostenible.
Si queremos pintar algo en el juego de múltiples potencias regionales que se avecina, lo que tenemos que hacer es tomar decisiones desagradables que desmonten completamente nuestro sistema productivo. Es decir, empezar de cero y pasar una década de penurias que nos permita afrontar esta lucha global en condiciones. Algo que debería se factible dado nuestro sistema electoral, que favorece a los dos grandes partidos que se reparten el poder a todos los niveles.
Mi receta, ucrónica en todo caso, sería:
- Definición clara de las competencias de cada administración.
- Asunción del modelo cuasifederal que existe en la actualidad, devolviendo las competencias fundamentales a la administración central: educación, sanidad y políticas de empleo.
- Desamortización inversa de las tierras. Todo agricultor que no se una a una cooperativa debería dejar de percibir cualquier tipo de ayuda.
- Redefinición de los sistemas de distribución.
- Fomento de la agricultura de valor añadido (ecológica en la actualidad).
- Inversión sólo en aquellos sectores con un futuro a 30 años vista: telecomunicaciones, terapias genéticas, generación de software, energías renovables, nanotecnología, nuevos materiales, etc.
- Abandono del calendario laboral basado en el calendario religioso.
- Redefinición de la labor sindical y eliminación de sus prebendas actuales.
- Reconducción de la sobrecualificación actual (no es de cargo que un historiador trabaje en un Burguer King o un químico de barrendero).
- Eliminación del 60% de las Universidades como motor de una verdadera Formación Profesional (ésta tiene muchas más posibilidades de adaptarse al rápido cambio tecnológico).
- Creación que una verdadera Universidad a distancia, que cubra las necesidades reales de la población sin posibilidades de acceso a este tipo de educación, ya sea económicamente o por localización.
- Profesionalización del funcionarado, con un porcentaje del 30% del sueldo sujeto al cumplimiento de planes de mejora (cursos y objetivos).
- Reestructuración de la Educación Obligatoria en profundidad, eliminando los currículos históricos y analizando las prioridades del siglo actual (no necesitamos pequeños lingüistas que sepan resolver logaritmos).
- Desaparición de los colegios e institutos concertados (un concepto inaudito que sólo se da en España, necesario en su época pero arrogante en el siglo actual).
- Eliminación mediante fusión de todas las cajas de ahorros que no cubran un mínimo, además de su despolitización completa.
- Fusión de los cuerpos policiales, eliminando las lamentables duplicidades actuales.
- Una política territorial que asuma la realidad de la desaparición de los pequeños núcleos rurales. Sólo financiar a aquellos que se integren en el nuevo modelo productivo.
- Crear un nuevo modelo energético basado en la unión de las energías renovables y la energía nuclear que nos permita eliminar definitivamente de nuestro modelo productivo nuestra dependencia del petróleo.
- Eliminación de las subvenciones culturales sin motivo.
- Creación de un modelo turístico global basado en la preservación de la naturaleza (impuestos ecológicos parecidos a los de Suiza y los países nórdicos).
- Políticas que fomenten el alquiler en contra de la compra de la vivienda, facilitando así la movilidad laboral.
- Posibilidad de reducción en el impuesto sobre la renta mediante la realización de trabajo social sustitutivo. Esto también se podría aplicar a los desempleados, que cobrarían más dinero si dedicasen a cubrir el déficit social (trabajo con los menos favorecidos).
Bueno, estas son algunas de las cosas que se me ocurren en primera instancia y que estoy seguro que disminuirían el presupuesto del estado en un porcentaje de dos dígitos, además de prepararnos para los retos del futuro. Casi todas son desagradables y me imagino que más de un comentarista entrará a degüello con ellas en los próximos minutos.
Por último citar mi medida estrella: "prohibir la propiedad de más de 300 hectáreas no productivas por parte de una persona física. Ésta va por mi querida duquesa, que hay que ser un poco populista".
Coño, otro tocho. Haber cuantos lo leen. Yo apuesto que : CERO
ResponderEliminarPues ya habemos dos (a ver si llega el comentario)
ResponderEliminarLo mejor es lo siguiente:
ResponderEliminar- Dictadura
- Jefe de Estado: yo mismo
- Funcionarios, excepto mis padres: a picar piedra
tu dario, como no te cures y me traigas lo de lab de fisica quimica te mato
ResponderEliminarYo juraria que la ultima vez que mire la universidad a distancia ya existia y ofrecia una formacion mas decenta al menos que la de Salamanca (segun en que carreras).
ResponderEliminarTambien hablas de eliminacion de las subvenciones culturales sin motivo. No se como diferenciar entre las que tienen motivos o no...
De todas formas, he de decir que por fin han aprobado la desconexion de internet por pirateria, que llevo un puto año diciendo que estaba al caer y todo el mundo me decia que era tonto... Pues ahi esta, gracias a dios...
mira chuchi yo cogia a todos los politicos españoles y se los mandaba al CERN (Centre europeene pour la recherche nucleaire) a que los colisionaran cual hadron( bariones o mesones, indistintamente) y ya verias tu si tocaban mas los perendengues.
ResponderEliminaruna cosa, por descargar videojuegos desde megaupcaca o rapidmierda te pudieran o pudiesen cortar la linea?
ResponderEliminarLo que aumenta en dos dígitos los presupuestos es la cantidad de funcionarios chupócteros que existen y que no hacen falta.
ResponderEliminar¡Funcionarios a la calle!.
Y por cierto, ¿cñomo esperas que realice trabajos sociales una persona que trabaja 12 horas diarias de lunes a sábado?. Eso no es de ley pero es lo que hay en nuestra mierda de mercado laboral. Y más a día de hoy en que si no lo haces te "ERErizan".
Juan, lo de la desconexión es en principio teórico, ya que será mediante la denuncia de un grupo de expertos que no tienen acceso a tus datos de descarga, sino que tienen primero que denunciarte y es en ese momento cuando la compañía tiene que facilitar tus datos (algo parecido a lo que pasó en los Estados Unidos, con esos casos sonados), luego sigue una docena de avisos para que elimines el contenido en cuestión que estás compartiendo y si no lo haces viene la famosa desconexión.
ResponderEliminarLa ministra del ramo, por decirlo de alguna forma, ha dicho que no se aplicará a particulares sino solamente a las páginas de enlaces y las que dan soporte servicios como Megaupload en España.
Es decir, que se aleja bastante del modelo francés o británico, ya que actúa sobre el lucro publicitario de estas páginas y no sobre el de los particulares, supuestamente cubierto por el canon.
La SGAE no quiere ni oír hablar de desconexión a particulares dado que tendría que desaparecer el canon que está previsto sobre las conexiones ADSL y el que ya se aplica a los discos duros, fuente de la mayor parte de sus ingresos en los próximos años.
Digamos que podría tener bastantes problemas por los trozos de películas que suelo colgar en mi blog, pero ninguno en descargarme la última película de Harry Potter utilizando un enlace de una página argentina o el buscador del Emule.
Y en todo caso, como la gente es previsora, ya existe un sistema completamente hermético a cualquiera de estas medidas, sobre todo en el tema de la música. Como puede comentarte Inzert, que es usuario habitual del Opera. Éste navegador en su última versión permite convertirlo en un servidor anónimo de contenido multimedia. Es decir, que puedes ripear 20 CD's, meterlos en una carpeta, mandar un e-mail a tus amigos para que estos se conecten al navegador de tu ordenador y los descarguen por el puerto 80 como si se tratase de un simple FTP. La pregunta sería, ¿cómo Telefónica puede distinguir en este caso si el contenido transmitido es legítimo o no, si además lo encripto?
Como ya hemos discutido muchas veces, el problema de España es que está en un círculo vicioso donde la cultura es cara, porque no se le da valor intrínseco (no se entiende que tengas que pagar por algo cuando tu vecino no lo hace). Si a esto le sumas la moderna superconstitución progresista garantista que supuestamente nos protege y la clásica picaresca, tienes la raíz de un problema irresoluble.
En cuanto a las subvenciones culturales sin sentido, estaba pensando en esas 20 películas financiadas al año que no llegan a estrenarse en salas comerciales, esos premios con generosas dotaciones para técnicas artísticas en desaparición, restauraciones de edificios innecesarias, etc. No se puede crear arte y cultura por la simple adición de dinero (en esto son expertos los franceses).
Y la razón de este artículo viene del cabreo de que la famosa Ley de sostenibilidad viene soportada económicamente con una reducción brutal del presupuesto educativo.
Las asignaciones a los institutos se han reducido en un 30% (estando ya consignadas en los presupuestos del año pasado). Puedes explicarme como se come el cambio del modelo productivo reduciendo la Educación. Ver para creer. Aunque la verdad es que allí tenéis un presidente que va a recibir el Premio Nobel de la Paz después de mandar más tropas para solucionar el problema afgano (¿ningún ruso le ha explicado que esa no es la solución?). Ya digo, el mundo parece dirigido por guiñoles.
Lo que Chuchi quiere decir en este comentario tan grande resumido sería así:
ResponderEliminarVoy a ir a Madrid a ver el belén viviente del Santiago Bernabeu, han puesto once figuras que no hacen nada.
Por cierto, en la última sesión de Palomitas ni un sólo comentario. Y es una de las secciones preferidas de Chuchi.
ResponderEliminarSi tuviermos un chat podriamos haber criticado tanto la peli como el ladrillo que escribió.
En principio lo que han hecho es abrir las puertas a la implementación del modelo británico o francés en un futuro, no ahora.
ResponderEliminarPorque será directiva europea, y si no tiempo. La protección del producto intelectual tiene que ser efectiva cuando el modelo de sociedad hacia el que nos movemos se estructura en torno a ésta. Las verduras y la carne la importamos, y la producción física la subcontratamos, lo que crean mayoritariamente los paises desarrollados son ideas.
El modelo de protección de la PI que establezcamos es lo que hará que una sociedad moderna pueda colocarse entre las punteras del mundo o no. Si no protegemos la PI, lo que nos queda es la producción física, y Europa no tiene población para funcionar bajo ese modelo ahora que las economías en desarrollo están alcanzando una estabilidad relativa, con mayor población (capacidad de producción) y mano de obra más barata (competividad).
Y sí, tienes razón, quien hace la ley hace la trampa. Pero mucha de la gente que piratea no tiene la cabeza para hacer tantas trampas. Leasé: siempre habrá un grupito de listillos que podrán hacer lo que quieran, pero que no sea el 50% de la población.
Y ojo esto no es sólo para música o películas, sino cualquier tipo de idea comercializable (programas de ordenador, pero también código o algorítmos), procesos industriales. O eso o se solidifica todo en una legislación de patentes ampliada.
Pero vamos, estoy de acuerdo con casi todo lo que dices... (las 20 películas al año que no se estrenan no suelen tener subvención, ya que el pago de estas (no la adjudicación) está ligado al estreno en sala comercial -se reserva la subvención, pero nunca se paga a la productora)
"Las asignaciones a los institutos se han reducido en un 30%"
ResponderEliminarNormal cuando el dinero en los institutos se gasta en comprar PDA's para los profesores, pizarras digitales o puertas de seguridad para que ningún alumno escape, que no mejoran en nada la calidad educativa.
Mejorar los contenidos educativos y la calidad de la docencia no está intrísecamente ligado al presupuesto de cada instituto.