Bueno, hoy cierro el periplo romano con otras cuatro instantáneas, pero desde un punto de vista radicalmente distinto, con imágenes que suelen estar fuera de las guías o escondidas en sus páginas finales (todas ellas tomadas también por mis alumnos).
La primera corresponde al Ara Pacis, un altar que fue construido para agradecer el regreso del emperador Augusto después de pacificar Hispania (o sea meternos caña). La gracia de la fotografía no está en el excelente trabajo realizado en mármol de Carrara, sino en las sombras que provoca el edificio que diseñó Richard Meier para cubrirlo. Éste se encuentra en el punto de mira de Silvio Berlusconi, ya que quiere simplemente derribarlo por considerarlo demasiado moderno:
La segunda es una vista no tan habitual de famoso Coliseo, ya que la mayoría de las fotografías nos muestran su exterior:
La tercera corresponde al meloso puente de los candados, estar en tan sonado lugar nunca fue tan meloso (parecía que me ahogaba en azúcar):
Y la última muestra que en la antigüedad también había horteras, la presencia de la Pirámide de Cayo Cestio en Roma es una simple tomadura de pelo:
En fin, ya sé que faltan muchas fotografías, "pero mi perplejidad ante las obras de Bernini, Caravaggio y Miguel Ángel la dejo para artículos posteriores".
PA-TÉ-TI-CAS
ResponderEliminarCurso para ellos ya...