Television global

Si antes lo digo, antes sucede (véase el artículo de ayer: "Y ya van dos"). El amigo Jeff Bezos ha decidido pulsar el botón rojo y volver en diciembre Amazon Prime Video completamente global. Lo anunció de esta forma tan graciosa el trío calavera más famoso del mundo del motor: Jeremy Clarkson, James May y Richard Hammond; que han desembarcado en la plataforma para pergeñar una nueva reformulación del clásico Top Gear (que pronto caerá en el olvido) llamada The Grand Tour:

Esto nos lleva a que al fin nos encontremos con tres actores globales de servicios en streaming: Amazon, Netflix y HBO. Lo cual es gracioso dado que supongo que hace dos décadas nadie se hubiese planteado que a la batalla final por controlar los televisores del mundo fueran a llegar un comercio electrónico, un videoclub y un canal de cable americano. Pero es lo que tiene la globalización online, que los contendientes esperados: Apple, Yahoo, Google y Microsoft; no han sabido jugar bien sus cartas, perdiéndose en disputas estúpidas con los estudios, no realizando una correcta política de producción propia o no teniendo coraje para afrontar las compras millonarias que les hubiesen permitido entrar por la puerta grande en este juego.

Así que recurriendo a la consabida analogía con Juego de Tronos, tan de moda en este país, tendremos tres grandes casas, las antes citadas, que los próximos años entrarán en un bucle imposible de alcanzar para el resto y que consistirá en tratar de conseguir cada vez más usuarios creando o adquiriendo cada vez más contenidos. Grupos como Hulu, Telefonica, la BBC o Crunchyroll, por citar algunos, quedarán como actores regionales o especializados que tendrán que trabajar mucho su producción propia sino quieren ser fagocitados y convertirse en simple pestañas en los inmensos catálogos que están por llegar.

En fin, "la siguiente etapa de esta historia llegará cuando en plena contienda alguno de estos actores globales, en un momento de desesperación, decidan pagar por la Gran Berta, los derechos deportivos, y las televisiones tradicionales, de pago o en abierto, dejen de tener sentido. Ahora bien, ese oscuro futuro que solo espera Google, en el cual la gente decide consumir compulsivamente vídeos de Youtube pagando por ello, no lo veo de ninguna forma. Más bien sus diferentes canales se transformarán en la nueva televisión en abierto, cargados de publicidad hasta la extenuación".