Resulta que hace un par de días James Cameron al recibir un premio en su honor por parte de la Society of Motion Picture and Television Engineers desveló sus alocadas pretensiones. Y digo alocadas en cuanto es casi más un brindis al Sol que un hecho factible. Según el afamado director (no por la calidad de sus películas, sino por su buen funcionamiento en taquilla) iba a presionar para que:
"No solo para conseguir mejores herramientas, mejores procesos de trabajo, una mejor dinámica y mejores frecuencias -las cosas en las que estamos trabajando-. Soy muy optimista con el 3D, pero necesitamos una proyección más grande y creo que finalmente podrá ocurrir sin gafas. Llegaremos a ello".
Sí, 3D sin gafas en una inmensa sala cinematográfica para el inminente 2018, cuando está pronosticada la segunda entrega ("Avatar 2" (2018)) de su futura e interminable pentalogía de pitufos gigantes en diferentes biomas. No se lo cree ni él. Una cosa es que demostrase que el 3D se puede utilizar bien (aunque nadie haya seguido ese sendero) y otra es convertir el agua en vino.
En fin, "me gustaría saber que tripi procedente de Pandora ha consumido antes del susodicho premio, ya que le ha convencido de que nos encontramos realmente en el año 2030, por lo menos, sino este hecho no ocurre mucho más tarde".
Si os engañaron con gafas de sol para ver en 3D, ahora os engañaran diciendo que vies en 3D sin gafas.
ResponderEliminar