La ciencia ficción en la realidad (35): el asistente personal

Después de la sosa keynote de ayer la mayoría de blogs tecnológicos se han lanzado a analizar las supuestas virtudes de lo único que cabe reseñar de ésta, la presentación de Siri. La verdad es que en principio parecía simplemente asombroso como funcionaba y la precisión con lo que lo hacía, casi antinatural. Ahora bien, sin que aún haya sido probado en el mundo real (para lo que habrá que esperar una semana) ya ha encontrado toda una legión de detractores gracias a sus tres defectos más evidentes: la insistente necesidad de confirmar casi todas las órdenes que le demos, la necesidad de conexión a la Red y los pocos idiomas con los que empieza.

Sin entrar en una defensa numantina de un producto que aún está en fase beta y que no ha sido testeado por el gran público sólo decir que en esencia se trata de un enfoque algo distinto al reconocimiento de voz que nos acompaña desde hace más de 15 años y que nunca ha terminado de convencer al gran público. En este caso se trata de una inteligencia artificial (molaría conocer la granja de servidores que le da soporte, mucho más cercana a Skynet de lo que nos gustaría) que identifica órdenes sencillas en lenguaje natural, algo así como una solícita secretaria de oficina que interactúa con el resto de aplicaciones instaladas en el teléfono.

El vídeo promocional que ha rodado Apple para presentar semejante tecnología es el siguiente (como siempre con gente normal en situaciones cotidianas de alta usabilidad, muy acorde con su mercado objetivo):

Ya sé que a todos nos encantaría que tanto nuestro teléfono como nuestro ordenador se comportase de esa forma. De entrada todavía tengo la vana esperanza de que al igual que la beta de FaceTime aterrizó pronto en mi Mac ocurra lo mismo con Siri, lo de tener el equipo constantemente conectado a la Red en mi caso nunca iba a ser un problema.

Por otro lado, nunca me canso de decir a mis alumnos de Tecnología que la mayoría de avances tecnológicos suelen preceder mucho en el tiempo a su salida al mercado. En algunas ocasiones por simples problemas monetarios y en otras por la imposibilidad de llevar a cabo los sueños de los diseñadores más osados. Sino me crees, atento a este vídeo conceptual de la propia Apple de hace 24 años:

¿A qué cuesta distinguir en algunos momentos ambos productos? Por cierto, ¿un tablet bisagra? Tal vez veamos pronto otra batalla de patentes entre Sony y Apple. Tranquilo, sólo bromeo.

Obviamente las referencias cinematográficas a semejante producto llenarían las estanterías de cualquier difunto videoclub, pero en esta ocasión me quedo con el siempre correcto HAL 9000 de "2001: Una odisea del espacio" (1968):

Aunque tampoco quería olvidar el encuentro de Scotty con un Mac en "Star Trek IV. Misión: salvar la tierra" (1986), uno de los mejores momentos de esta película (que la verdad es que tiene pocos):

En fin, nunca se sabe, "a lo mejor dentro de un par de años me encuentro hablando con mi iPad o con mi ordenador para preparar un artículo sobre otra tecnología que parece sacada del futuro".