Es bien conocido que mi primera partida después de varios días sin jugar siempre acaba en derrota. Como no pudo ser de otra manera, ayer volvió a pasarme lo mismo y perdí mi primera partida de cartas de este largo fin de semana.
El juego elegido fue el “500”, de ahí que hoy realicemos una especie de crossover entre este blog y el blog de “500-MAN”, dada la presencia de tan insigne personaje y de su eterno contendiente Inzert (narrador, a la par, de sus aventuras y desventuras, como si fuese una especie de doctor Watson).
Un enfrentamiento a tres, como ese maravilloso final de “El bueno, el feo y el malo”, sólo faltaba la música del grandioso Ennio Morricone.
La partida empezó un poco tarde, sobre las 10:30 P.M., por unos prolegómenos un poco extraños y fuera de lugar. Creo que mis dos contendientes trataban de ponerme nervioso.
Mi primera mano fue un golpe en la mesa para decir: “¡Aquí estoy!” (regalando cinco puntos por un error de principiante). Me permitió ponerme en cabeza 5 de las 6 primeras manos, pero ya en estas manos se mascaba la tragedia, como puede apreciarse en el gráfico adjunto.
Yo nunca tuve un ritmo sostenido, sino que practicaba un “ritmo escalera”, es decir juntaba una mano buena con dos o tres malas. Con este ritmo es imposible ganar salvo en contadas excepciones. La victoria se encuentra en conseguir establecer una dinámica en la cual sumes más de 25 puntos por mano. Que es lo que hicieron tanto RK2 como Inzert. Sólo hay que observar esas dos suaves cuestas hacia los 500 puntos.
Es decir que yo no podía ganar desde el principio. Puede parecer que lideré hasta la sexta mano y que tenía posibilidades, pero tenía que luchar tanto contra la historia como contra mi falta de ritmo (lo evidencia la gráfica).
De todas formas mi cabezonería no tiene límites y he concertado un duelo en solitario contra RK2 (alias "500-MAN"). Por lo tanto: “me dirijo a O.K. Corral”
Un enfrentamiento a tres, como ese maravilloso final de “El bueno, el feo y el malo”, sólo faltaba la música del grandioso Ennio Morricone.
La partida empezó un poco tarde, sobre las 10:30 P.M., por unos prolegómenos un poco extraños y fuera de lugar. Creo que mis dos contendientes trataban de ponerme nervioso.
Mi primera mano fue un golpe en la mesa para decir: “¡Aquí estoy!” (regalando cinco puntos por un error de principiante). Me permitió ponerme en cabeza 5 de las 6 primeras manos, pero ya en estas manos se mascaba la tragedia, como puede apreciarse en el gráfico adjunto.
Yo nunca tuve un ritmo sostenido, sino que practicaba un “ritmo escalera”, es decir juntaba una mano buena con dos o tres malas. Con este ritmo es imposible ganar salvo en contadas excepciones. La victoria se encuentra en conseguir establecer una dinámica en la cual sumes más de 25 puntos por mano. Que es lo que hicieron tanto RK2 como Inzert. Sólo hay que observar esas dos suaves cuestas hacia los 500 puntos.
Es decir que yo no podía ganar desde el principio. Puede parecer que lideré hasta la sexta mano y que tenía posibilidades, pero tenía que luchar tanto contra la historia como contra mi falta de ritmo (lo evidencia la gráfica).
De todas formas mi cabezonería no tiene límites y he concertado un duelo en solitario contra RK2 (alias "500-MAN"). Por lo tanto: “me dirijo a O.K. Corral”
¡Hay madre...! ...cuanto hay que aguantar (¡Y lo que me queda!)
ResponderEliminarUnas veces gano yo y otras veces ganan otros. No creo que haya que llevar esto a cotas casi mitológicas.
El gran 500-man gana de nuevo.....
ResponderEliminarQue raro, ¿verdad?.
Os estoy observando desde la distancia... jajaja Preparaos para este verano, que voy a saber todas vuestras tacticas...
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