Este título puede sonar extraño, pero se basa en un planteamiento algo curioso, por lo menos para mí. Dado que el cristianismo relaciona el número 666 con el Anticristo. ¿En qué medios de comunicación puede salir ese número habitualmente?
Después de descartar toda la prensa escrita (tanto periódicos como revistas nunca alcanzan tal número de páginas), la radio y televisión (no existe una hora 6:66 A.M.), e Internet (la página www.666.com da algo de miedo al principio, pero luego se queda en nada (por cierto en la página www.666.es todavía no hay nada)); sólo nos queda el omnipresente Teletexto.
¿Qué pasaría si pulsamos 3 veces el número 6 en nuestro mando a distancia? Podrías pensar que es algo ridículo esperar descubrir algo tipo "Expediente X" o "Cuarto Milenio" en el teletexto. Pero uno de los teletextos que he analizado desde este punto de vista me dejó una pequeña duda.
Empecé estudiando la página 666 del teletexto de países extranjeros: en la BBC británica tienen una especie de clasificación, en la televisión suiza la relacionan con la polución atmosférica, en la televisión belga no existe, y por último en la RAI italiana tampoco (lo cual no me extraña).
Puede que esté cogido con pinzas. Pero no resultaría gracioso que Satán controlase las etapas iniciales del desarrollo de su más preciado pupilo mediante el ajuste del horóscopo de Radiotelevisión española. Aunque parezca el argumento cutre de una película de terror española, ¿no debería ser ésta una de las primeras preocupaciones de la Conferencia Episcopal? Por si acaso, de todas formas, te aconsejo: "desconfía de todos aquellos pequeños infantes cuyo signo zodiacal sea Capricornio".
Puedes probar a llamar por teléfono a ese número o bien enviar un sms a ver que pasa. jejeje
ResponderEliminar...cuanta chorrada.
Jaja, me quedo con la última frase del horóscopo de Capricornio: "No abuses de los alimentos que tengaS mucha grasa". Se nota que estas cosas las escribe cualquiera... ¡se les ha olvidado poner una coma detrás de "alimentos"!
ResponderEliminarDios mío (y nunca mejor dicho)... ¡ya no se respeta ni el Teletexto!