La historia de las tabletas

En el pasado la mayoría de la publicidad audiovisual era concebida para el medio de consumo masivo, la televisión. Esto provocaba que los publicistas viviesen en un mundo donde 20 segundos era el límite a no superar salvo en ocasiones muy especiales. Y aunque en el vídeo o en el cine esta limitación no era tan férrea, los publicistas y compañías nunca llegaron a tomárselo en serio dado donde se ubicaban éstos, al principio y entre llamativos trailers. Pero ahora con el despegue de Internet como medio publicitario otro gallo canta.

En el mundo de la publicidad en Internet ya no se busca promocionar un producto copando la mayoría de las páginas importantes de la Red (con los costes que esto ocasiona), sino creando lo que se llama un vídeo viral. Un vídeo lo suficientemente llamativo para que llame la atención de los internautas y comience a circular por la Red sin coste alguno para la compañía.

Pues bueno, como ya sabrás, existe una guerra abierta entre la mayoría de fabricantes de hardware por encontrar el llamado iPadkiller. Dígase la tableta que destrone la última invención de Apple. Algunas compañías han lanzado sus modelos sin mucho éxito salvo Samsung con su Galaxy Tab (fuertemente subvencionado por las compañías telefónicas), y otras se han dedicado a regalarnos el clásico vaporware, mostrándonos imágenes borrosas de su prototipos, vídeos sin contraste externo alguno o declaraciones altisonantes. Motorola se encuentra en este segundo grupo, tiene un prototipo del que le gusta alardear pero que sólo ha sido visto fugazmente.

Obviamente los fabricantes que se encuentran en este segundo grupo tienen un problema muy acuciante. Según van pasando las semanas se van vendiendo millones de iPads y Galaxy Tabs. Esto hace que el nicho prioritario de estas empresas, los llamados usuarios geeks, se vaya achicando por momentos. Es complicado imaginarse que después de gastarte los rubros en una de estas dos tabletas te plantees comprar en unos meses una nueva. De ahí que Motorola ataque el mercado con un vídeo dirigido a los que aún no se las han comprado, exorcizándolos a esperar unos cuantos meses más a ver lo que han construido. Disfrútalo, tiene bastante mala leche (lo de la tableta maya es simplemente excepcional):

Ahora bien, creo que la mayoría de estas compañías se están confundiendo de largo, tratando de vender su hardware como la solución a las carencias del iPad (soporte de tarjetas, USB, cámaras, etc). El que lo ha tenido en su mano no se queda maravillado por su hardware (bastante mediocre para los tiempos que nos movemos) sino por el software que corre por sus entrañas (preguntadle a algunos de los comentaristas habituales de este blog: Inzert, RK2 o hasta el mismísimo Fredy, el que dice que tengo el cerebro agusanado por la manzana; que se han quedado maravillados por ello). Mientras el resto de empresas nos hablan de un mítico sistema operativo no lanzado aún por Google con sabor a miel y absolutamente nadie ha escrito una sola aplicación que corra en él a resoluciones altas, en el acotado IOS vamos por la segunda remesa de actualizaciones de las aplicaciones más importantes, donde se pulen gran cantidad de carencias que aún ni se han abordado en el bando del vaporware. Muchas de las cuales ni parecían posibles hace unos meses. Por ejemplo, el otro día descubrí que el Safari que viene con la versión 4.2.1 de IOS (y del que nadie ha hablado en la blogs tecnológicos) soporta descargas desde MegaUpload, algo inaudito para una aplicación salida de los talleres de Cupertino. ¡Si hasta me preguntó con que programa de vídeo quería abrir la película que acaba de descargar!

En fin, que cada uno haga lo que quiera con su vida, pero el que utiliza la escusa de que prefiere esperar a que salga el producto definitivo, debería preguntarse si realmente quiere comprarlo, ya que en el mundo de la informática no existe el dispositivo perfecto sino el que se acopla a tus necesidades en un momento dado. "Llevo felizmente casado con un iPad 3 meses y medio, y estoy orgulloso de decir que ni por asomo es un iPhone con esteroides".