El contraataque

Sí, como nos hacía ver esta mañana Bierce 21 no he publicado un artículo sobre la última presentación de Microsoft. No ha sido ni por fanboysmo hacia Apple ni por dejadez, el trabajo es lo primero y el blog lo segundo (o acaso lo tercero, comer es importante, o eso creo). De todas formas me ha venido bien para tomar algo de perspectiva hacia lo presentado.

Al igual que pasa habitualmente con la keynotes de Apple, donde todo es perfecto en el escenario y las características asombran al más prudente, todo se va desvaneciendo según se van descubriendo, según pasan los días, esos pequeños detalles que olvidaron citar. Microsoft ha decidido tomar el mismo camino, presentando unos dispositivos que nos hacen soñar pero a unos precios desorbitados al más puro estilo Apple. Las características de estos rompieron todas las expectativas y las comparaciones con los dispositivos de la manzana mordida deberían preocupar en Cupertino bastante, ya que trataban de torpedear completamente su desembarco en el mundo empresarial. Un movimiento obvio si tenemos en cuenta que tuvieron durante meses en sus manos el iPad Pro para la tan ansiada compatibilidad con el Microsoft Office.

Pero al igual que la manzana mordida está tratando de capear el temporal de lo que probablemente se denomine chipgate, muy inflado a mi parecer, ya que me cuesta creer que un chip a priori peor por su tecnología de fabricación, el de TSMC, consiga añadir un 25% de batería más (2 horas) que la versión de Samsung. Demasiado raro teniendo en cuenta que la pantalla consumirá lo mismo en los dos modelos y por tanto el chip se comportaría una barbaridad mejor (no sé, un 50%). Me cuesta creer que los hayan lanzado con una diferencia tan significativa. Microsoft según van avanzando el día se ha encontrado con un problema inesperado de publicidad, ya que su rimbombante Surface Book, el portátil híbrido definitivo, con esa impresionante posibilidad de aumentar la potencia gráfica de tu equipo con sólo cambiar de teclado tiene un pequeño secreto. Es el mejor portátil que te puedes comprar (muy por encima de un MacBook Pro) pero al mismo tiempo es la peor tableta, ya que aunque nos hicieron creer que consumiría menos en ese modo, la distribución de las baterías hace que sólo llegue a las tres horas. Tres horas que irán disminuyendo lentamente minuto a minuto con cada ciclo de carga y que presagian que el modo tableta morirá rápidamente si eres tan osado de usarlo así. Así que al final, mientras Apple pecó de gigantismo con su iPad Pro (un mero juguete en comparación), Microsoft pecó con su Surface Book al tratar de convertirlo en lo que no era.

En cuanto a los Surface Pro, cuarta iteración de lo mismo, a ver si el mercado termina entrando por el aro. Puliendo todos los defectos de los anteriores salvo el fundamental, el ventilador. Más potencia al igual que hace de Apple pero con el mismo concepto. De los Lumia nada que contar, es una herencia bastarda que nada tiene que hacer en un mercado saturado tanto por arriba como por abajo.

Por tanto al igual que pasó en la keynote de Apple, fueron los pequeñines los que dieron guerra. Y es que la verdadera propuesta innovadora, que se puede comprar, fue la nueva iteración de la Microsoft Band. Que cuenta con una panoplia de sensores propios que la independiza completamente del teléfono móvil y que está muy por encima de las propuestas de la competencia. El barómetro y el sensor de volumen de oxígeno son dos añadidos geniales para todo aquel que haga ejercicio.

Y, obviamente, la nueva ración de Hololens, que es el verdadero futuro de Microsoft en el mundo de los gadgets siempre que arregle el problema del campo de visión (quién pudiese pillar una de esas unidades de desarrollo de 3000 dólares, aunque todo se movía sospechosamente lento, algún problema de lag deben tener por el momento):

En fin, un PowerPoint en toda regla para marcar los límites a Apple. "Tú quedate con el mercado de consumo y yo me quedo con el de los juegos y el empresarial. Nadella dixit".