Estaba sentado tranquilamente revisando las últimas noticias en mi iPad cuando de pronto surgió la voz de mi ministro, ese que supuestamente se encarga de Educación, Cultura y Deporte, en el televisor. Y es que me había olvidado completamente del tercer pilar del despliegue mediático del PP para esta precampaña electoral: la visita de Íñigo Méndez de Vigo a Cine de barrio; acaecida después de la entrevista clásica de Mariano Rajoy para los informativos de Antena 3 y la juvenil de Soraya Sáenz de Santamaría en el Hormiguero 3.0.
La conversación con Concha Velasco fue a nivel casi colegas, lo que le permitió al ministro vender su carrera como político al servicio de la patria. Vamos, campaña pura y dura. En cuanto a la película elegida, la obvia para el supuesto despegue económico que vivimos, "Esa voz es una mina" (1955). Empleados felices, empresarios catalanes que aman Andalucía y oportunidades se encuentran en la película de Antonio Molina:
Por cierto, que la versión que ha emitido hoy Televisión Española no es la habitual mutilada (que te he dejado encima) sino una preciosidad completamente restaurada donde el narrador se explaya en las bondades de los mineros patrios que trabajan sin quejarse nunca, mientras los mineros de Manchester están todo el día pidiendo la nacionalización. Premonitorio la verdad sea dicha, como todo lo franquista, "al final los nuestros han sido subvencionados por el estado durante décadas y los otros desaparecieron bajo el yugo de Margaret Thatcher a mediados de los 80".
Y yo como un tonto viendo la final del mundial de rugby. Podias haber avisado.
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